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The WeatherPixie Cristo ha resucitado, está vivo. ¿Lo viste tú con los ojos de tu corazón? Bendiciones...

domingo, octubre 29, 2006

Cuadro bucólico.


Cuadro bucólico.
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cristohermano.

Hemos concluído los cursos de nuestra querida Asociación del Apostolado Social: costura, sastrería, cocina, belleza, repostería, computación, guitarra... Manualidades en noviembre: no lo olvide: cosas para Navidad y ganar unos "lenes".
Felicito a todos nuestros(as) alumnos(as) y a nuestros preciosos ayudantes sus profesores.
Padre Jorge

viernes, octubre 27, 2006

De Axel...La importancia de una buena formación prematrimonial


La importancia de una buena formación Conocer las enseñanzas de la Iglesia Católica sobre la dignidad y santidad del matrimonio, la naturaleza del sacramento y los preparativos materiales para la ceremonia. Por Pbro. Pablo Arce Gargollo PROLOGO Amor por Siempre Nuestra cultura ha convertido al sexo en algo muy romántico y, en el proceso, lo ha tomado como sinónimo de amor, por lo menos en la mentalidad popular. El mensaje impuesto en películas, libros y en la cultura general, es que si una persona joven se encuentra al compañero adecuado, escuchará música de violines, se encenderán fuegos artificiales y la vida será perfecta. Si hemos de creer en la cultura popular del último cuarto de siglo, todo lo que se necesita para encontrar la felicidad es descubrir al Sr. o la Srita. Correcto(a) e iniciar una relación importante con esa persona. Pero la infelicidad y la frustración, evidentes en tantas relaciones románticas, desde la primera cita de los adolescentes hasta el matrimonio a prueba de los adultos, indican que esto no es así. En algún lugar del sendero, nuestro punto de vista de la cultura del romance falló. En lugar de la felicidad para toda la vida, lo que muchas personas muestran de su última relación duradera es un certificado de divorcio y una herida en el alma. Muchos que han pasado por la triste experiencia del divorcio o la separación, pudieron haberse evitado estas heridas si tan sólo hubieran pensado en la naturaleza profundamente espiritual de nuestra sexualidad y en su relación con la vocación al matrimonio. ¿Hay otra forma? ¿Puede el amor matrimonial brindar felicidad en el mundo de hoy? Si estamos concientes del verdadero significado del matrimonio, entonces la respuesta es un enfático "si". Si el amor entre un hombre y una mujer en realidad significa algo, éste debe encontrarse en algo más que en la electricidad que chispea en sus ojos cuando se encuentran por vez primera. El amor verdadero debe ser en cierta forma diferente de la relación típica actual que nos representan los medios de comunicación. Aún los revolucionarios sexuales más cínicos, en ocasiones, hablan en voz baja de relaciones de por vida que traen la felicidad. Aunque se mofan, acaban reconociendo que, para que el matrimonio pueda ser satisfactorio, debe ser un compromiso permanente. Se dan cuenta de que, sin ese compronmiso para toda la vida, las relaciones se convertirán pronto en ejercicios vacíos, egoístas, de autogratificación que muy pronto les traerá la infelicidad. Si se considera que un buen matrimonio es mucho más vital para la felicidad de la persona que el éxito en una carrera o en los negocios, se demuestra que la mayoría de nosotros debe pasar gran parte del tiempo preparándose para él. Para aquellos que reconocen que el amor sin compromiso para toda la vida termina en fracaso, Cristo y su Iglesia pueden mostrarles el camino para entender el verdadero significado del amor. Entre una cultura que continuamente mal informa y que engaña al individuo, la Iglesia proclama la "buena nueva" respecto a la sexualidad y ofrece a las parejas la esperanza de alcanzar la paz y la alegría por medio de la fidelidad y la virtud. Decir que uno desea casarse con alguien para toda la vida es realmente una proposición difícil que no debe tratarse a la ligera. Si el amor y el sexo no son la misma cosa, debe haber una razón para el sexo en el contexto del amor. El sexo es para la unión conyugal y para la procreación, entre marido y mujer que desean perpetuar su amor en una nueva vida. Ambos aspectos, unión y procreación, fueron diseñados por Dios para que los esposos crezcan en santidad. El amor, si ha de durar toda la vida, debe basarse en la comprensión del ser amado y no en la simple atracción sexual. Debe querer darse al otro en lugar de usarlo para su propia satisfacción. Además, debe estar abierto para traer nuevos hijos de Dios al mundo. Pero el solo amor del cónyuge y de los hijos todavía no es suficiente para llegar al punto final. Es necesario algo más que ayude en los esfuerzos para mantenerse juntos a los que desean casarse. Esa ayuda es el propio sacramento del Matrimonio. Por medio del sacramento del Matrimonio y de la preparación adecuada para el mismo, los cristianos que desean tenerse fe entre ellos mismos, recibirán siempre la gracia necesaria para satisfacer su vocación matrimonial. Aprenderán a amarse uno al otro amando a Dios. Estarán conscientes que su matrimonio no es un simple contrato entre dos personas, sino un pacto sagrado que ha recibido su naturaleza especial de el propio Cristo. Por este estado sacramental y por la naturaleza del propio amor, el matrimonio es indisoluble. Pero la misma naturaleza del sacramento también proporciona a los que lo reciben toda la gracia necesaria para seguir las enseñanzas de Cristo respecto a él. Entre estas está la gracia para pasar la vida matrimonial unidos con Cristo. Con frecuencia los cínicos de la actualidad podrán decir: amar a alguien por toda la vida, después de todo, es difícil. Pero en lugar de ayudar a cumplir con un compromiso, emplean el recurso del divorcio, como liberador. Sin embargo, ese camino sólo conduce a la infelicidad, tanto para los padres como para los hijos. El sendero del matrimonio cristiano puede ser más difícil, pero ofrece el auxilio vital de la gracia para realizar esta tarea y proporciona la única promesa verdadera de la felicidad real en el amor. Este libro es un tratamiento breve, pero completo de las preocupaciones y preguntas más frecuentes de los pastores y de las parejas respecto al matrimonio católico. Para aquellos que tienen poca formación algunas de las recomendaciones prescritas pueden parecer demasiado demandantes. Para los que conocen con más profundidad la doctrina católica, las mismas prescripciones y exigencias pueden ser más reales a medida que pasan los años. Además, la mejor forma de prepararse para el matrimonio es conocer las enseñanzas de la Iglesia Católica sobre la dignidad y santidad del matrimonio, la naturaleza del sacramento del Matrimonio y los preparativos materiales para la ceremonia. Esperamos que sea útil para los que se están preparando para el matrimonio y para los sacerdotes que ayudan a otros a prepararse. No está de sobra decir que, para los que ya están casados, más de alguna cuestión les puede ser de utilidad. Pbro. Pablo Arce Gargollo Monterrey, N.L. México Rev. Father James P. Socías Chicago, IL. USA

Noticias de "Trigo"

Estimada Hermana Doris:
Que el amor de nuestro buen Dios reine en su vida y apostolado, en relación a su invitación para dar el curso al grupo de los hermanos que se preparan para el ministerio de la Palabra le comento lo siguiente.
Que iniciaremos con el curso sobre los Ministros de la Palabra, recomendado por ustedes, de la misma manera le comento que el ministerio tiene varios cursos que le ayudarían y le serían de su interes, uno de ellos es el de Técnicas de predicación I, el cual incluye tres módulos a saber:
1.- Las técnicas
2.- la parte doctrinal que es Una introducción al uso y manejo de la Biblia
3.- y la Espiritualidad del Predicador
Este curso tiene una duración de 10 meses, el cual nos enseña como encontrar el mensaje, y como transmitirlo, a conocer nuestra biblia, cuantos libros la compone, como y cuando se escribieron, la perspectiva católica y la perspectiva protestante, entre otros.
El cual podemos iniciar al terminar el curso de Ministros de la Palabra.
La ofrenda como le comunicaba en su visita aqui al ministerio, es de Q20.00 por hermano en forma mensual, un requisito es mantener el número de 35 hermanos durante el desarrollo del curso.
Recibi su nota del 23 de octubre donde me confirma que las clases se den todos los martes de 19:30 a 21:30, iniciando el 7 de noviembre, estare haciendo la programación para dicho curso y posteriormente se la estaría enviando.
Sin otro particular me despido de usted, no sin antes pedirle al amigo del cielo que le colme de bendiciones.
Atentamente
Sergio Ajú
Área de Formación
Ministerio Trigo
2232-7859, 2251-2247, 2230-4436

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miércoles, octubre 25, 2006

EL CHISTE DE 2 BORRACHITOS.


EL CHISTE DE 2 BORRACHITOS.

Era una vez dos borrachos que se acuestan a dormir en una litera, y el borracho que está en la parte de arriba de la litera antes de dormirse comienza a rezar:
Con Dios me acuesto, con Dios me levanto, la Virgen María, y el Espíritu Santo. En eso se cae la litera y el borracho que está en la parte de abajo dice:
¿Vistes? ¡Eso pasa por estar durmiendo con tanta gente!

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Chiste de niños.



CHISTE DE NIÑOS
Una pareja tenía dos niños pequeños, de 8 y 10 años de edad, quienes eran extremadamente traviesos. Siempre estaban metiéndose en problemas y sus padres sabían que si alguna travesura ocurría en su pueblo sus hijos estaban seguramente involucrados.
La mamá de los niños escuchó que el sacerdote del pueblo había tenido mucho éxito disciplinando niños, así que le pidió que hablara con sus hijos. El sacerdote aceptó pero pidió verlos de forma separada, así que la mamá envió primero al niño más pequeño.
El sacerdote era un hombre enorme con una voz muy profunda, sentó al niño frente a él y le preguntó gravemente:
¿Dónde está Dios?
El niño se quedó boquiabierto pero no respondió, sólo se quedó sentado con los ojos pelones.
Así que el sacerdote repitió la pregunta en un tono todavía más grave:
¿Dónde está Dios?
De nuevo el niño no contestó.
Entonces el sacerdote subió de tono su voz, aún más, agitó su dedo frente a la cara del niño, y gritó:
¿Dónde está Dios?
El niño salió gritando del cuarto, corrió hasta su casa y se escondió en el closet, azotando la puerta.
Cuando su hermano lo encontró en el closet le preguntó:
¿Qué pasó?
El hermano pequeño sin aliento le contestó:
¡Ahora si que estamos en graves problemas hermano, han secuestrado a Dios y creen que nosotros lo tenemos!

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martes, octubre 24, 2006

CÁPSULA Nº 68 29/10/06

CÁPSULA Nº 68 29/10/06
Hermanas y hermanos sean bienvenidos a la casa del Señor, nos encontramos en el Trigésimo domingo del tiempo ordinario,
  • En este domingo continuaremos con nuestra formación litúrgica en esta ocasión seguiremos hablándoles del "Papel del Laico". Ya anteriormente decíamos que debemos de tener presente que Los laicos son todos aquellos fieles que consagrados a Cristo con el bautismo, constituyen el Pueblo de Dios, partícipes del oficio sacerdotal, Profético y Real de Cristo. Decíamos que los laicos han de ser: OYENTES DE LA PALABRA DE DIOS Y CONVERTIDOS, CONOCEDORES DE LA PALABRA Y EDUCADOS POR ESA PALABRA, que han de ser PROFUNDIZADORES Y ESTUDIOSOS DE LA PALABRA DE DIOS, y también deberán ser EVANGELIZADORES; En la tarea evangelizadora; tienen que sentirse responsables en el anuncio y predicación de la Buena Nueva de Jesucristo. Este anuncio se debe de comenzar a dar en el Hogar, entre los parientes, con los conocidos, en el ambiente de trabajo, en la Prensa, en la Radio, en la Televisión, en el Internet, en la escuela, en grupos de oración, en retiros, y otros medios de en que nos desenvolvemos.

Pidamos al Señor en esta Eucaristía que nos ayude a vivir con alegría el sentido de lo que conlleva el ser un Laico comprometido, confiémonos en sus manos para que nos ayude a cumplir con la misión encomendada a cada uno de nosotros. Dispongámonos a recibir al celebrante acompañado de los ministros, lectores y acólitos poniéndonos de pie y entonando el canto de Entrada.
MONICION A LA PRIMERA LECTURA
Pueblo liberado, por Dios acompañado
MONICION A LA SEGUNDA LECTURA
Sacerdote consagrado, en la comunidad a Cristo ha revelado
MONICION AL SANTO EVANGELIO
Por el pecado ciegos y cojos andamos, por la mediación de Cristo a la eternidad caminamos.

miércoles, octubre 18, 2006

CÁPSULA Nº 67 22/10/06


CÁPSULA Nº 67 22/10/06
Hermanas y hermanos sean bienvenidos a la casa del Señor, nos encontramos en el Vigésimo Noveno domingo del tiempo ordinario, en Este domingo celebramos un movimiento de solidaridad completa como lo es el Domingo Mundial de la Propagación del la Fe, el popular DOMUND. El Papa Benedicto decimosexto en su mensaje con respecto al Domund nos invita a que descubramos el sentido del misionero que tu y yo como Laico debemos aprender a ser: en su mensaje dice que ser misionero es inclinarse, sobre las necesidades de todos especialmente de los más pobres y necesitados, porque quien ama con el amor de Cristo, no busca el propio interés, sino únicamente la gloria del Padre y el bien del prójimo.
Pidamos al Señor en esta Eucaristía que nos ayude a plantearnos su doctrina con total sentido del servicio a los demás, a todos nuestros hermanos y hermanas, y atendamos al llamado que Dios nos hace, pidiéndole en esta Eucaristía que nos ayude a colaborar y a descubrir ¿cual es nuestra misión?. Dispongámonos a recibir al celebrante acompañado de los ministros, lectores y acólitos poniéndonos de pie y entonando el canto de Entrada.

MONICION A LA PRIMERA LECTURA
La profecía del Siervo de Yahvé, es Fundamental para entender el sacrificio de Cristo, misión de él, cargar sobre sus hombros todos nuestros pecados, la nuestra seguir sus huellas.
MONICION A LA SEGUNDA LECTURA
La misión salvadora de Jesús de Nazaret. Alianza de paz, amor y reconciliación.
MONICION AL SANTO EVANGELIO
Una recomendación que viene de Jesús es que seamos servidores y que no busquemos ser servidos. Esto último nos lo dice a nosotros todos los días y a todas horas.

sábado, octubre 14, 2006

De Axel: Importancia de formación matrimonial.

La importancia de una buena formación
Conocer las enseñanzas de la Iglesia Católica sobre la dignidad y
santidad del matrimonio, la naturaleza del sacramento y los preparativos
materiales para la ceremonia.
Por Pbro. Pablo Arce Gargollo
PROLOGO

Amor por Siempre

Nuestra cultura ha convertido al sexo en algo muy romántico y, en el
proceso, lo ha tomado como sinónimo de amor, por lo menos en la
mentalidad popular. El mensaje impuesto en películas, libros y en la cultura
general, es que si una persona joven se encuentra al compañero adecuado,
escuchará música de violines, se encenderán fuegos artificiales y la
vida será perfecta. Si hemos de creer en la cultura popular del último
cuarto de siglo, todo lo que se necesita para encontrar la felicidad es
descubrir al Sr. o la Srita. Correcto(a) e iniciar una relación
importante con esa persona.

Pero la infelicidad y la frustración, evidentes en tantas relaciones
románticas, desde la primera cita de los adolescentes hasta el matrimonio
a prueba de los adultos, indican que esto no es así. En algún lugar del
sendero, nuestro punto de vista de la cultura del romance falló. En
lugar de la felicidad para toda la vida, lo que muchas personas muestran
de su última relación duradera es un certificado de divorcio y una
herida en el alma. Muchos que han pasado por la triste experiencia del
divorcio o la separación, pudieron haberse evitado estas heridas si tan sólo
hubieran pensado en la naturaleza profundamente espiritual de nuestra
sexualidad y en su relación con la vocación al matrimonio.

¿Hay otra forma? ¿Puede el amor matrimonial brindar felicidad en el
mundo de hoy? Si estamos concientes del verdadero significado del
matrimonio, entonces la respuesta es un enfático "si". Si el amor entre un
hombre y una mujer en realidad significa algo, éste debe encontrarse en
algo más que en la electricidad que chispea en sus ojos cuando se
encuentran por vez primera. El amor verdadero debe ser en cierta forma
diferente de la relación típica actual que nos representan los medios de
comunicación.

Aún los revolucionarios sexuales más cínicos, en ocasiones, hablan en
voz baja de relaciones de por vida que traen la felicidad. Aunque se
mofan, acaban reconociendo que, para que el matrimonio pueda ser
satisfactorio, debe ser un compromiso permanente. Se dan cuenta de que, sin ese
compronmiso para toda la vida, las relaciones se convertirán pronto en
ejercicios vacíos, egoístas, de autogratificación que muy pronto les
traerá la infelicidad.

Si se considera que un buen matrimonio es mucho más vital para la
felicidad de la persona que el éxito en una carrera o en los negocios, se
demuestra que la mayoría de nosotros debe pasar gran parte del tiempo
preparándose para él.

Para aquellos que reconocen que el amor sin compromiso para toda la
vida termina en fracaso, Cristo y su Iglesia pueden mostrarles el camino
para entender el verdadero significado del amor. Entre una cultura que
continuamente mal informa y que engaña al individuo, la Iglesia proclama
la "buena nueva" respecto a la sexualidad y ofrece a las parejas la
esperanza de alcanzar la paz y la alegría por medio de la fidelidad y la
virtud. Decir que uno desea casarse con alguien para toda la vida es
realmente una proposición difícil que no debe tratarse a la ligera.

Si el amor y el sexo no son la misma cosa, debe haber una razón para el
sexo en el contexto del amor. El sexo es para la unión conyugal y para
la procreación, entre marido y mujer que desean perpetuar su amor en
una nueva vida. Ambos aspectos, unión y procreación, fueron diseñados por
Dios para que los esposos crezcan en santidad.

El amor, si ha de durar toda la vida, debe basarse en la comprensión
del ser amado y no en la simple atracción sexual. Debe querer darse al
otro en lugar de usarlo para su propia satisfacción. Además, debe estar
abierto para traer nuevos hijos de Dios al mundo. Pero el solo amor del
cónyuge y de los hijos todavía no es suficiente para llegar al punto
final. Es necesario algo más que ayude en los esfuerzos para mantenerse
juntos a los que desean casarse. Esa ayuda es el propio sacramento del
Matrimonio.

Por medio del sacramento del Matrimonio y de la preparación adecuada
para el mismo, los cristianos que desean tenerse fe entre ellos mismos,
recibirán siempre la gracia necesaria para satisfacer su vocación
matrimonial. Aprenderán a amarse uno al otro amando a Dios. Estarán
conscientes que su matrimonio no es un simple contrato entre dos personas, sino
un pacto sagrado que ha recibido su naturaleza especial de el propio
Cristo. Por este estado sacramental y por la naturaleza del propio amor,
el matrimonio es indisoluble. Pero la misma naturaleza del sacramento
también proporciona a los que lo reciben toda la gracia necesaria para
seguir las enseñanzas de Cristo respecto a él. Entre estas está la
gracia para pasar la vida matrimonial unidos con Cristo.

Con frecuencia los cínicos de la actualidad podrán decir: amar a
alguien por toda la vida, después de todo, es difícil. Pero en lugar de
ayudar a cumplir con un compromiso, emplean el recurso del divorcio, como
liberador. Sin embargo, ese camino sólo conduce a la infelicidad, tanto
para los padres como para los hijos. El sendero del matrimonio cristiano
puede ser más difícil, pero ofrece el auxilio vital de la gracia para
realizar esta tarea y proporciona la única promesa verdadera de la
felicidad real en el amor.

Este libro es un tratamiento breve, pero completo de las preocupaciones
y preguntas más frecuentes de los pastores y de las parejas respecto al
matrimonio católico. Para aquellos que tienen poca formación algunas de
las recomendaciones prescritas pueden parecer demasiado demandantes.
Para los que conocen con más profundidad la doctrina católica, las mismas
prescripciones y exigencias pueden ser más reales a medida que pasan
los años.

Además, la mejor forma de prepararse para el matrimonio es conocer las
enseñanzas de la Iglesia Católica sobre la dignidad y santidad del
matrimonio, la naturaleza del sacramento del Matrimonio y los preparativos
materiales para la ceremonia. Esperamos que sea útil para los que se
están preparando para el matrimonio y para los sacerdotes que ayudan a
otros a prepararse. No está de sobra decir que, para los que ya están
casados, más de alguna cuestión les puede ser de utilidad.

Pbro. Pablo Arce Gargollo
Monterrey, N.L. México

Rev. Father James P. Socías
Chicago, IL. USA



viernes, octubre 13, 2006

Cápsula 65 08/10/06

CÁPSULA Nº 65 08/10/06
  • Hermanas y hermanos sean bienvenidos a la casa del Señor, nos encontramos en el Vigésimo Séptimo domingo del tiempo ordinario, continuaremos en este domingo con nuestra formación litúrgica en esta ocasión hablándoles del "Papel del Laico". Ya anteriormente decíamos que debemos de tener presente que Los laicos son todos aquellos fieles que consagrados a Cristo con el bautismo, constituyen el Pueblo de Dios, partícipes del oficio sacerdotal, Profético y Real de Cristo. La participación del Laico en la misión profética de Cristo conlleva una ministerialidad ó ministerios laicales respecto a la palabra de Dios. Decíamos el domingo pasado que El laico ha de ser OYENTE DE LA PALABRA Y CONVERTIDO, un segundo paso que meditamos en este día es que el Laico a de ser CONOCEDOR DE LA PALABRA Y EDUCADO POR ESA PALABRA: La formación del laico en la fe ha de ser completa, no se ha de quedar en los rudimentos de ella. Ayudará a eso el frecuentar cursos de formación bíblica, catequística, seguir los niveles de crecimiento de los grupos apostólicos, participar en las diferentes formaciones que ofrece la parroquia y si es posible la que ofrece la arquidiócesis.

  • Seamos signos de pertenencia en la Iglesia con nuestra participación activa y dinámica y busquemos estar atentos al llamado que Dios nos hace, pidiéndole en esta Eucaristía que nos ayude a colaborar y a descubrir ¿cual es nuestra misión?. Dispongámonos a recibir al celebrante acompañado de los ministros, lectores y acólitos poniéndonos de pie y entonando el canto de Entrada.

MONICION A LA PRIMERA LECTURA
Hombre y Mujer, creados a imagen y semejanza del Señor
MONICION A LA SEGUNDA LECTURA
El Señor el Matrimonio santificó,
y al mismo tiempo lo glorifico.
MONICION AL SANTO EVANGELIO
Dios en tu matrimonio participó, por ello todo cambió
CÁPSULA Nº 66 15/10/06
  • Hermanas y hermanos sean bienvenidos a la casa del Señor, nos encontramos en el Vigésimo octavo domingo del tiempo ordinario, continuaremos en este domingo con nuestra formación litúrgica en esta ocasión hablándoles del "Papel del Laico". Ya anteriormente decíamos que debemos de tener presente que Los laicos son todos aquellos fieles que consagrados a Cristo con el bautismo, constituyen el Pueblo de Dios, partícipes del oficio sacerdotal, Profético y Real de Cristo. La participación del Laico en la misión profética de Cristo conlleva una ministerialidad ó ministerios laicales respecto a la palabra de Dios. Decíamos los domingos anteriores que El laico ha de ser OYENTE DE LA PALABRA Y CONVERTIDO, CONOCEDOR DE LA PALABRA Y EDUCADO POR ESA PALABRA, y un tercer paso que diremos hoy es que ha de ser PROFUNDIZADOR Y ESTUDIOSO DE LA PALABRA DE DIOS: incluso con seriedad y rigor sistemático. Es desear que cada vez laicos frecuenten cursos de Teología.

El conocimiento de la Escritura, de la fe de la Iglesia, de las enseñanzas del magisterio ha de servir a los laicos para que sean evangelizadores y testigo de la Palabra.
  • Seamos signos de pertenencia en la Iglesia con nuestra participación activa y dinámica y busquemos estar atentos al llamado que Dios nos hace, pidiéndole en esta Eucaristía que nos ayude a colaborar y a descubrir ¿cual es nuestra misión?. Dispongámonos a recibir al celebrante acompañado de los ministros, lectores y acólitos poniéndonos de pie y entonando el canto de Entrada.

MONICION A LA PRIMERA LECTURA
¿Quieres un tesoro? Pide la SABIDURÍA
MONICION A LA SEGUNDA LECTURA
La espada de dos filos penetra en el ALMA.
MONICION AL SANTO EVANGELIO
"La riqueza no es mala, si la compartes con los QUE NO TIENEN"