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The WeatherPixie Cristo ha resucitado, está vivo. ¿Lo viste tú con los ojos de tu corazón? Bendiciones...

sábado, enero 28, 2006

El linfoma de vuelta.

El linfoma de vuelta.
Angel ya estaba esperándome para llevarme al doctor. Me hicieron biopsia y estaba pendiente de conocer el veredicto. Para decir lo cierto, tenía una intuición al respecto: el cáncer ha regresado. Tercera vez ya. Un linfoma que había cedido dos veces ya. El doctor Zetina no sólo es un especialista de fama internacional pero es una linda persona, cariñosa en el trato con sus enfermos. Me dijo que un fortachón como yo iba a reaccionar muy bien con la nueva medicina que me iba a dar. Con la gran ventaja de no tener éstos molestos efectos secundarios como la pérdida de pelo y el gran cansancio que acompañó los otros tratamientos clásicos. Ya no pelo en la sopa. ¡Que bien!
Lo curioso es que si estuve molesto por no saber aunque intuía, la paz interior es la que me domina. Tranquilo, diría yo. Creo que es mi fe la que me está iluminando. Amo la vida, cierto... Mi confianza ha crecido. No pierdo el sentido del humor. Pase lo que pase, he tenido una vida muy interesante. Mi reto de fe me da perspectivas de eternidad. Hay todavía muchas cosas lindas por hacer.

martes, enero 17, 2006

LA MISA 3


- Digame , Padre, cuanto cuesta la misa?
- Lo que usted quiera dar. Pero en realidad vale millones.
- ¿Millones?
- ¡Sí! Porque lo que se ofrece es grande y vale más todavía.
- ¿Que se ofrece?
- Se ofrece Jesús, verdadero Dios y verdadero hombre con todos nosotros a la
par y el mundo que ahora le pertenece.

- ¡Vaya! El regalo perfecto para todos y para todo.
- Nos capacitó Dios a hacer éste ofrecimiento el día de nuestro bautismo,
haciéndonos una comunidad de profetas, de reyes y sacerdotal.

- ¿Que quiere decir esto?
- Que usted como profeta da a otros la luz de él; como sacerdotal, ofrece y se ofrece para él y para la humanidad de hoy; como rey, lleva la administración de sus cosas y del mundo a cabalidad.
- ¡Hijole! es cosa grande.
- Lo es. Para ayudarme en el pago de la luz y de la limpieza, me da lo que quiere Usted. Lo que estima justo.

sábado, enero 14, 2006

LA MISA 2


-¡Vaya! ¡Juanito!, de regreso por acá...
- Sí, Padre. Me gustó su explicación de la misa.
- ¡Claro! Cuando uno descubre su grandeza, eso lo hace admirativo.
- Lo que no me gusta, es que cuando uno entra, hay mucha bulla.
- Tienes razón. ¿Porque será que tanta gente platica con ganas?
- Es que no saben.
- Al entrar, si uno se da cuenta que Jesús allí está, hasta de rodillas habría que entrar, de la puerta hasta el sagrario.Hay que hacer un profundo silencio en la mente, en le corazón para
poder oír lo que Dios le dice en especial a uno.

- ¿Dios habla? No me había dado cuenta.
- Claro que habla: a todos por las mismas lecturas y a uno en especial para iluminar su vida. El problema es que muchos llevan tapones en las orejas.
- ¿Como es eso?
- Dios habla y dice todo de una vez: uno lo siente y cuesta decir a otros en pocas palabras lo que dice. Pero Dios muestra claramente lo que El quiere.
- Haré silencio entonces y probaré.

Misas del 14 al 22 de enero de 2006.


Sor Mabelia en el convivio navideño: ¡que buen tamal!

SABADO 1401 17:00 II ORDINARIO ?? MISA COMUNITARIA CANTADA
SABADO 1401 17:00 II ORDINARIO ?? 1.-dto Rodolfo Vásquez (3 a.)
SABADO 1401 17:00 II ORDINARIO ?? 2.-ac.gr. Señor Esquipulas (Tomás Huit Soyos)
SABADO 1401 17:00 II ORDINARIO ?? -
DOMINGO 1501 7:00 II ORDINARIO ?? MISA COMUNITARIA CANTADA
DOMINGO 1501 7:00 II ORDINARIO ?? 1.-dta Marta Roselia Sinay (4 a.)
DOMINGO 1501 7:00 II ORDINARIO ?? 2.-dto Crisóstomo Monzón
DOMINGO 1501 7:00 II ORDINARIO ?? 3.-dto Udelio Contreras (4 a. Y s.s.)
DOMINGO 1501 7:00 II ORDINARIO ?? -
DOMINGO 1501 10:00 II ORDINARIO ?? MISA COMUNITARIA CANTADA
DOMINGO 1501 10:00 II ORDINARIO ?? 1.-ac.gr. Bodas oro (50 a.): (reclinatorio)
DOMINGO 1501 10:00 II ORDINARIO ?? -Vicente Ache (76 a.)
DOMINGO 1501 10:00 II ORDINARIO ?? -Herlinda Lorenzana (70 a.)
DOMINGO 1501 10:00 II ORDINARIO ?? -
DOMINGO 1501 17:00 II ORDINARIO ?? MISA COMUNITARIA CANTADA
DOMINGO 1501 17:00 II ORDINARIO ?? 1.-ac.gr. 15 a. Hnas. Franciscanas en CR1
DOMINGO 1501 17:00 II ORDINARIO ?? 2.-ac.gr. Sñr. Esquipulas (doña Tere)
DOMINGO 1501 17:00 II ORDINARIO ?? -
LUNES 1601 18:00 T.ORDINARIO Misa
MARTES 1701 18:00 S. ANTONIO AB. Misa
MIERCOLES 1801 18:00 T.ORDINARIO Misa
JUEVES 1901 18:00 T.ORDINARIO MISA COMUNITARIA CANTADA
VIERNES 2001 18:00 S. SEBASTIAN 1.-dta María de los Angeles López (1 a.)
VIERNES 2001 18:00 S. SEBASTIAN -
SABADO 2101 17:00 III ORDINARIO MC dta Olimpia Aracely Martinez González (1 a.)
SABADO 2101 17:00 III ORDINARIO MISA COMUNITARIA CANTADA
SABADO 2101 17:00 24792989 1.-ac.gr. 15 a. María Alejandra Alvarado Estrada
SABADO 2101 17:00 III ORDINARIO -
DOMINGO 2201 7:00 III ORDINARIO MISA COMUNITARIA CANTADA
DOMINGO 2201 7:00 III ORDINARIO 1.-ac.gr. Mercédes de Melgar (s.s.)
DOMINGO 2201 7:00 III ORDINARIO -
DOMINGO 2201 10:00 III ORDINARIO MISA COMUNITARIA CANTADA
DOMINGO 2201 10:00 III ORDINARIO -
DOMINGO 2201 17:00 III ORDINARIO MISA COMUNITARIA CANTADA
DOMINGO 2201 17:00 III ORDINARIO -

jueves, enero 12, 2006

LA MISA 1.


- ¿Quién celebra la misa?
- Seré yo, Padrecito, porque doy el dinero. Es para mi difunto y no acepto que me metan otro difunto metiche.
- ¿Es toda tuya, la misa? Que tendrá que ver Jesús en ella entonces?
- Desde que Usted la dé, Jesús sube al cielo a mi difunto. Y el alma deja de andar por aquí errante. Así ya no tengo que temer "espantos".
- ¿Así trató Jesús al ladrón arrepentido? ¿Qué le dijo?
- ¡A saber, Usted!
- Le dijó: "Hoy mismo estarás conmigo en el paraíso." No quiere Dios a sus hijos que los deje así en la tierra espantando a los vivos?
- !Si! los quiere.
- Y los lleva con El de inmediato. Que felicidad, para ese Padre amoroso de tener a su "patojo".
- ¿Me quiere decir que no hay necesidad de Misa?
- Si es Jesús que la celebra delante de su Padre para todos, creo que vale la pena unirnos con El para interceder por el fallecido.
- Vaya, es Jesús quien celebra...
- !Si! y pide para todos. y para nosotros en nuestras buenas luchas. El nos une a su ofrecimiento en el cielo con la celebración que hacemos en la tierra. Somos como uno solo con El. Y el regalo para Dios es el mismo Jesús. Lo que lo hace cabal. Eso vale más que millones.
- Ay! ¡Padre! así que es la misa de El para mi difunto.
- Así es. Se junta toda nuestra familia en la iglesia en éste ofrecimiento. Oramos los unos para los otros. Así que la familia del otro difunto que Usted sintió de metiche ora también para su intención y Usted, ¡ojalá! para ellos.

Historia de la Parroquia Cristo Hermano.

PARROQUIA CRISTO HERMANO:HISTORIA
DE 25-12-72 A 16-01-77 LUIS RAMA
DE 22-01-77 A 28-05-77 CONSTANTINO GARCIA
DE 05-06-77 A 05-06-77 ALEJANDRO VANTIN
DE 12-06-77 A 17-02-80 CONSTANTINO GARCIA
DE 24-02-80 A 24-08-80 GUEVARA
   07-09-80  CREVITS PARROCO
DE 11-10-86 A 07-12-86 DENS VICARIO
02-10-88  TOUSSAINT PARROCO
ACTAS
VISITA PASTORAL PARROQUIA 13-05-79
PARROCO: MIGUEL ANGEL GUEVARA 20-02-80
PARROCO: PEDRO CREVITS  07-09-80
PARROCO: JORGE TOUSSAINT 02-10-88
(PRESENTE EL 27-09-88)


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miércoles, enero 11, 2006

¿Feliz Navidad?



Encontrado en la página de Zombie


Gracias a mi amigo Zombie... Vean su página (en inglés) Vale la pena ver éste video. Muy impresionante...
Happy Xmas (War is Over)

John Lennon and The Plastic Ono Band

(Click en Play)

La Familia Mazariegos casi completa.

La familia Mazariegos Granados. Faltan sólo Marco Tulio, papá, y Tonito...

En un día de campo parroquial.

sábado, enero 07, 2006

Misas del 7 al 15 de enero de 2006.

Te adoramos, Señor encarnado...


SABADO 701 17:00 EPIFANIA MISA COMUNITARIA CANTADA
SABADO 701 17:00 EPIFANIA 1.-dta Eufrasia Savoy de Sazo (7 a.)
SABADO 701 17:00 EPIFANIA 2.-dta Irma Aida Turcios (7 a.)
SABADO 701 17:00 EPIFANIA 3.-dto Carlos Maximino Flores Juárez (40 d.)
SABADO 701 17:00 EPIFANIA 4.-dto Uber Obed Velásquez Paz (5 a.)
SABADO 701 17:00 EPIFANIA 5.-ac.gr. S.Antonio de P. Dp. Felipe Montenegro
DOMINGO 801 7:00 EPIFANIA MISA COMUNITARIA CANTADA
DOMINGO 801 7:00 EPIFANIA 1.-ac.gr. Fam. Solís Valladares bienes recibidos
DOMINGO 801 10:00 P.Santiago MISA COMUNITARIA CANTADA
DOMINGO 801 10:00 EPIFANIA 1.-ac.gr. 104 a. Celso Florián Ayala
DOMINGO 801 17:00 P.Santiago MISA COMUNITARIA CANTADA
DOMINGO 801 17:00 EPIFANIA 1.-dtos Francisco Colo y Alejandra
camparia(23a.)
LUNES 901 18:00 BAUTISMO DEL S. MISA COMUNITARIA CANTADA
MARTES 1001 18:00 MISA COMUNITARIA CANTADA
MARTES 1001 18:00 1.-dto César Agusto Molina Cabrera (1 a.)
MARTES 1001 18:00 2.-dta Diana Melina Ramirez Sequén (1 a.)
MIERCOLES 1101 18:00 MISA COMUNITARIA CANTADA
MIERCOLES 1101 18:00 1.-dta Vitalina Mayca de Lara (4 a.)
JUEVES 1201 18:00 Misa
VIERNES 1301 18:00 MISA COMUNITARIA CANTADA
VIERNES 1301 18:00 1.-dto Francisco Cruz Yup (40 d.)
SABADO 1401 17:00 II ORDINARIO ?? MISA COMUNITARIA CANTADA
SABADO 1401 17:00 II ORDINARIO ?? 1.-dto Rodolfo Vásquez (3 a.)
DOMINGO 1501 7:00 II ORDINARIO ?? MISA COMUNITARIA CANTADA
DOMINGO 1501 7:00 II ORDINARIO ?? -
DOMINGO 1501 10:00 II ORDINARIO ?? MISA COMUNITARIA CANTADA
DOMINGO 1501 10:00 II ORDINARIO ?? 1.-ac.gr. Bodas oro (50 a.):
DOMINGO 1501 10:00 II ORDINARIO ?? -Vicente Ache (76 a.)
DOMINGO 1501 10:00 II ORDINARIO ?? -Herlinda Lorenzana (70 a.)
DOMINGO 1501 10:00 II ORDINARIO ?? -
DOMINGO 1501 17:00 II ORDINARIO ?? MISA COMUNITARIA CANTADA
DOMINGO 1501 17:00 II ORDINARIO ?? -

miércoles, enero 04, 2006

Saludos de Sor Doris...


Saludos a todos los que estamos pendientes de nuestra querida Parroquia, para que sigamos trabajando con todo el entusiasmo que nuestro Señor se merece. Dios nos ayude a poner nuestros talentos al servicio de los demas.

martes, enero 03, 2006

Simbolismo de Ichthys (Pez)


Simbolismo de Ichthys (Pez)
Entre los símbolos empleados por los cristianos primitivos, el del pez es posiblemente el de mayor importancia. Aunque el uso del pez en el arte pagano primitivo como un signo netamente decorativo es antiguo y constante, la referencia escrita más antigua del símbolo del pez es de Clemente de Alejandría, nacido alrededor del 150, quien recomienda a sus lectores (Paedagogus, III, xi) el grabar sus sellos con una paloma o un pez. Clemente no consideró necesario dar una explicación para esta recomendación, por lo que podemos con toda seguridad concluir que el significado de ambos símbolos era conocido. De hecho, por algunos monumentos sabemos que el símbolo del pez era conocido para los cristianos mucho antes que el famoso alejandrino naciera. En monumentos romanos tales como la Capella Greca y las Capillas del Sacramento de la catacumba de San Calixto, el pez era utilizado como un símbolo en las primeras décadas del siglo segundo.
El símbolo como tal pudo haber sido inspirado por la multiplicación milagrosa de los panes y peces o por la comida de los siete Discípulos luego de la Resurrección, en las orillas del Mar de Galilea (Jn. 21:9), pero su popularidad entre los cristianos se debió principalmente, al parecer, al famoso acróstico compuesto por las iniciales de cinco palabras griegas que forman la palabra pez (Ichthys), palabras que describen de forma breve pero clara el carácter de Cristo y su pretensión con respecto a la fe de sus creyentes: Iesous Christos Theou Yios Soter, es decir, Jesús Cristo, Hijo de Dios, Salvador. (Ver el discurso del Emperador Constantino, "Ad coetum Sanctorum", c. xviii.) Es probable que esta fórmula cristiana haya tenido su origen en Alejandría, y que haya sido propuesta como una protesta contra la apoteosis de los emperadores. En una moneda de Alejandría del reino de Dionisio (81-96), este emperador es llamado Theou Yios (Hijo de Dios).
Entonces, la palabra Ichthys, así como la representación de un pez, tenía para los cristianos un significado de máxima importancia. Era una breve profesión de fe en la divinidad de Cristo, el Redentor de la humanidad. Los creyentes en este Ichthys místico eran ellos mismos "pequeños peces," de acuerdo con el conocido pasaje de Tertuliano (De baptismo, c. 1): "Nosotros, pequeños peces, tras la imagen de nuestro Ichthys, Jesús Cristo, nacemos en el agua."
La asociación de Ichthys con la Eucaristía se encuentra fuertemente manifestada en el epitafio de Abercio, el Obispo de Hierópolis en la Frigia del siglo segundo (ver Inscripción de Abercio), y en el epitafio más reciente de Pectorius de Autun. Abercio nos dice en el monumento mencionado, que en su viaje desde su casa en Asia hacia Roma, en todos los sitios que pasó, recibió como comida "el Pez del manantial, el grande, el puro," así como "vino mezclado con agua, junto con pan." Pectorius también habla sobre el Pez como una deliciosa fuente de alimento espiritual proveída por el "Salvador de los Santos." En los monumentos eucarísticos esta idea se expresa pictóricamente de forma repetida. La comida frente a los asistentes a banquetes es, de forma invariable, el pan y el pez en dos platos separados. El significado característico dado al pez en esta relación se manifiesta claramente en frescos antiguos como la escena del Fractio Panis en el cementerio de Santa Priscila, y los peces sobre el pasto, cerca de la canastas conteniendo pan y vino, en la cripta de Lucina. (Ver Simbolismo de la Eucaristía).
El símbolo del pez, sin embargo, no era representado exclusivamente junto con símbolos de la Eucaristía. Frecuentemente se encuentra asociado con otros símbolos tales como la paloma, el ancla y el monograma de Cristo. Los monumentos en los cuales también aparece, desde el primer siglo hasta el cuarto, incluyen frescos, esculturas, anillos, sellos, vasijas doradas, así como la enkolpia de varios materiales. El tipo de pez mostrado no requiere de mayor mención, excepto que, desde el siglo segundo, la forma del delfín se utilizó frecuentemente. Se presume que la razón de esta selección en particular es que, dada su estima popular, al delfín se lo consideraba como un amigo del hombre.
Además de los frescos eucarísticos de las catacumbas, un número considerable de objetos con el símbolo del pez han sido preservados en varios museos europeos. Uno de los más interesantes, por estar agrupado el pez con varios otros símbolos, es una gema tallada que se encuentra en el Museo Kircherian de Roma. A la izquierda encontramos un ancla en forma de T, con dos peces debajo del travesaño, seguida por una cruz en forma de T con una paloma en el travesaño y una oveja al pie, otra cruz en forma de T como el mástil de un barco, y el Buen Pastor llevando en hombros a la oveja perdida. Además de estos símbolos, las cinco letras de la palabra Ichthys están distribuidas alrededor del borde. Otra gema antigua tallada representa un barco sostenido por un pez, con palomas posadas sobre el mástil y la popa, y Cristo en las aguas rescatando a San Pedro.
Luego del siglo cuarto, el simbolismo del pez gradualmente desapareció. Las representaciones de peces en fuentes bautismales y en copas bautismales de bronce, como las encontradas en Roma y Trier, ahora en el Museo Kircherian, son simplemente de carácter ornamental, sugeridas posiblemente por el agua utilizada en el bautismo.
MAURICE M. HASSETTTranscrito por Mary y Joseph P. ThomasTraducido por Carlos Abraham Rodríguez

domingo, enero 01, 2006

JORNADA MUNDIAL DE LA PAZ


JORNADA MUNDIAL DE LA PAZ

MENSAJE DE SU SANTIDAD
BENEDICTO XVI
PARA LA CELEBRACIÓN DE LA
JORNADA MUNDIAL DE LA PAZ

1 de enero de 2006
En la verdad, la paz


1. Con el tradicional Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz, al
principio del nuevo año, deseo hacer llegar un afectuoso saludo a todos los hombres y a todas las mujeres del mundo, de modo especial a los que sufren a causa de la violencia y de los conflictos armados.
Es también un deseo lleno de esperanza por un mundo más sereno, en el que aumente el número de quienes, tanto individual como
comunitariamente, se esfuerzan por seguir las vías de la justicia y la paz.

2. Antes de nada, quisiera rendir un homenaje agradecido a mis amados
predecesores, los grandes Pontífices Pablo VI y Juan Pablo II,
inspirados artífices de paz. Animados por el espíritu de las
Bienaventuranzas, supieron leer en los numerosos acontecimientos
históricos que marcaron sus respectivos pontificados la intervención
providencial de Dios, que nunca olvida la suerte del género humano.
Como incansables mensajeros del Evangelio, invitaron repetidamente a
todos a reemprender desde Dios la promoción de una convivencia
pacífica en todas las regiones de la tierra. Mi primer Mensaje para
la Jornada Mundial de la Paz sigue la línea de esta noble enseñanza:
con él, deseo confirmar una vez más la firme voluntad de la Santa
Sede de continuar sirviendo a la causa de la paz. El nombre mismo de
Benedicto, que adopté el día en que fui elegido para la Cátedra de
Pedro, quiere indicar mi firme decisión de trabajar por la paz. En
efecto, he querido hacer referencia tanto al Santo Patrono de Europa,
inspirador de una civilización pacificadora de todo el Continente,
así como al Papa Benedicto XV, que condenó la primera Guerra Mundial
como una « matanza inútil » [1] y se esforzó para que todos
reconocieran las razones superiores de la paz.

3. El tema de reflexión de este año —« En la verdad, la paz »—
expresa la convicción de que, donde y cuando el hombre se deja
iluminar por el resplandor de la verdad, emprende de modo casi
natural el camino de la paz. La Constitución pastoral Gaudium et spes
del Concilio Ecuménico Vaticano II, clausurado hace ahora 40 años,
afirma que la humanidad no conseguirá construir « un mundo más humano
para todos los hombres, en todos los lugares de la tierra, a no ser
que todos, con espíritu renovado, se conviertan a la verdad de la
paz ».[2] Pero, ¿a qué nos referimos al utilizar la expresión «
verdad de la paz »? Para contestar adecuadamente a esta pregunta se
ha de tener presente que la paz no puede reducirse a la simple
ausencia de conflictos armados, sino que debe entenderse como « el
fruto de un orden asignado a la sociedad humana por su divino
Fundador », un orden « que los hombres, siempre sedientos de una
justicia más perfecta, han de llevar a cabo ».[3] En cuanto resultado
de un orden diseñado y querido por el amor de Dios, la paz tiene su
verdad intrínseca e inapelable, y corresponde « a un anhelo y una
esperanza que nosotros tenemos de manera imborrable ».[4]

4. La paz, concebida de este modo, es un don celestial y una gracia
divina, que exige a todos los niveles el ejercicio de una
responsabilidad mayor: la de conformar —en la verdad, en la justicia,
en la libertad y en el amor— la historia humana con el orden divino.
Cuando falta la adhesión al orden trascendente de la realidad, o bien
el respeto de aquella « gramática » del diálogo que es la ley moral
universal, inscrita en el corazón del hombre; [5] cuando se
obstaculiza y se impide el desarrollo integral de la persona y la
tutela de sus derechos fundamentales; cuando muchos pueblos se ven
obligados a sufrir injusticias y desigualdades intolerables, ¿cómo se
puede esperar la consecución del bien de la paz? En efecto, faltan
los elementos esenciales que constituyen la verdad de dicho bien. San
Agustín definía la paz como « tranquillitas ordinis »,[6] la
tranquilidad del orden, es decir, aquella situación que permite en
definitiva respetar y realizar por completo la verdad del hombre.

5. Entonces, ¿quién y qué puede impedir la consecución de la paz? A
este propósito, la Sagrada Escritura, en su primer Libro, el Génesis,
resalta la mentira pronunciada al principio de la historia por el ser
de lengua bífida, al que el evangelista Juan califica como « padre de
la mentira » (Jn 8,44). La mentira es también uno de los pecados que
recuerda la Biblia en el capítulo final de su último Libro, el
Apocalipsis, indicando la exclusión de los mentirosos de la Jerusalén
celeste: «¡Fuera... todo el que ame y practique la mentira! »
(22,15). La mentira está relacionada con el drama del pecado y sus
consecuencias perversas, que han causado y siguen causando efectos
devastadores en la vida de los individuos y de las naciones. Baste
pensar en todo lo que ha sucedido en el siglo pasado, cuando sistemas
ideológicos y políticos aberrantes han tergiversado de manera
programada la verdad y han llevado a la explotación y al exterminio
de un número impresionante de hombres y mujeres, e incluso de
familias y comunidades enteras. Después de tales experiencias, ¿cómo
no preocuparse seriamente ante las mentiras de nuestro tiempo, que
son como el telón de fondo de escenarios amenazadores de muerte en
diversas regiones del mundo? La auténtica búsqueda de la paz requiere
tomar conciencia de que el problema de la verdad y la mentira
concierne a cada hombre y a cada mujer, y que es decisivo para un
futuro pacífico de nuestro planeta.

6. La paz es un anhelo imborrable en el corazón de cada persona, por
encima de las identidades culturales específicas. Precisamente por
esto, cada uno ha de sentirse comprometido en el servicio de un bien
tan precioso, procurando que ningún tipo de falsedad contamine las
relaciones. Todos los hombres pertenecen a una misma y única familia.
La exaltación exasperada de las propias diferencias contrasta con
esta verdad de fondo. Hay que recuperar la conciencia de estar unidos
por un mismo destino, trascendente en última instancia, para poder
valorar mejor las propias diferencias históricas y culturales,
buscando la coordinación, en vez de la contraposición, con los
miembros de otras culturas. Estas simples verdades son las que hacen
posible la paz; y son fácilmente comprensibles cuando se escucha al
propio corazón con pureza de intención. Entonces la paz se presenta
de un modo nuevo: no como simple ausencia de guerra, sino como
convivencia de todos los ciudadanos en una sociedad gobernada por la
justicia, en la cual se realiza en lo posible, además, el bien para
cada uno de ellos. La verdad de la paz llama a todos a cultivar
relaciones fecundas y sinceras, estimula a buscar y recorrer la vía
del perdón y la reconciliación, a ser transparentes en las
negociaciones y fieles a la palabra dada. En concreto, el discípulo
de Cristo, que se ve acechado por el mal y por eso necesitado de la
intervención liberadora del divino Maestro, se dirige a Él con
confianza, consciente de que « Él no cometió pecado ni encontraron
engaño en su boca » (1 P 2,22; cf. Is 53,9). En efecto, Jesús se
presentó como la Verdad en persona y, hablando en una visión al
vidente del Apocalipsis, manifestó un rechazo total a « todo el que
ame y practique la mentira » (Ap 22,15). Él es quien revela la plena
verdad del hombre y de la historia. Con la fuerza de su gracia es
posible estar en la verdad y vivir de la verdad, porque sólo Él es
absolutamente sincero y fiel. Jesús es la verdad que nos da la paz.

7. La verdad de la paz ha de tener un valor en sí misma y hacer valer
su luz beneficiosa, incluso en las situaciones trágicas de guerra.
Los Padres del Concilio Ecuménico Vaticano II, en la Constitución
pastoral Gaudium et spes, subrayan que « una vez estallada
desgraciadamente la guerra, no todo es lícito entre los
contendientes ».[7] La Comunidad Internacional ha elaborado un
derecho internacional humanitario para limitar lo más posible las
consecuencias devastadoras de la guerra, sobre todo entre la
población civil. La Santa Sede ha expresado en numerosas ocasiones y
de diversas formas su apoyo a este derecho humanitario, animando a
respetarlo y aplicarlo con diligencia, convencida de que, incluso en
la guerra, existe la verdad de la paz. El derecho internacional
humanitario se ha de considerar una de las manifestaciones más
felices y eficaces de las exigencias que se derivan de la verdad de
la paz. Precisamente por eso, se impone como un deber para todos los
pueblos respetar este derecho. Se ha de apreciar su valor y es
preciso garantizar su correcta aplicación, actualizándolo con normas
concretas capaces de hacer frente a los escenarios variables de los
actuales conflictos armados, así como al empleo de armamentos nuevos
y cada vez más sofisticados.

8. Pienso con gratitud en las Organizaciones Internacionales y en
todos los que trabajan con esfuerzo constante para aplicar el derecho
internacional humanitario. ¿Cómo podría olvidar, a este respecto, a
tantos soldados empeñados en delicadas operaciones para controlar los
conflictos y restablecer las condiciones necesarias para lograr la
paz? A ellos deseo recordar también las palabras del Concilio
Vaticano II: « Los que, destinados al servicio de la patria, se
encuentran en el ejército, deben considerarse a sí mismos como
servidores de la seguridad y de la libertad de los pueblos, y
mientras desempeñan correctamente esta función, contribuyen realmente
al establecimiento de la paz ».[8] En esta apremiante perspectiva se
sitúa la acción pastoral de los Obispados castrenses de la Iglesia
católica: dirijo mi aliento tanto a los Ordinarios como a los
capellanes castrenses para que sigan siendo, en todo ámbito y
situación, fieles evangelizadores de la verdad de la paz.

9. Hoy en día, la verdad de la paz sigue estando en peligro y negada
de manera dramática por el terrorismo que, con sus amenazas y
acciones criminales, es capaz de tener al mundo en estado de ansiedad
e inseguridad. Mis Predecesores Pablo VI y Juan Pablo II
intervinieron en muchas ocasiones para denunciar la terrible
responsabilidad de los terroristas y condenar la insensatez de sus
planes de muerte. En efecto, estos planes se inspiran con frecuencia
en un nihilismo trágico y sobrecogedor, que el Papa Juan Pablo II
describió con estas palabras: « Quien mata con atentados terroristas
cultiva sentimientos de desprecio hacia la humanidad, manifestando
desesperación ante la vida y el futuro; desde esta perspectiva, se
puede odiar y destruir todo ».[9] Pero no sólo el nihilismo, sino
también el fanatismo religioso, que hoy se llama frecuentemente
fundamentalismo, puede inspirar y alimentar propósitos y actos
terroristas. Intuyendo desde el principio el peligro destructivo que
representa el fundamentalismo fanático, Juan Pablo II lo denunció
enérgicamente, llamando la atención sobre quienes pretenden imponer
con la violencia la propia convicción acerca de la verdad, en vez de
proponerla a la libre aceptación de los demás. Y añadía: « Pretender
imponer a otros con la violencia lo que se considera como la verdad,
significa violar la dignidad del ser humano y, en definitiva,
ultrajar a Dios, del cual es imagen ».[10]

10. Bien mirado, tanto el nihilismo como el fundamentalismo mantienen
una relación errónea con la verdad: los nihilistas niegan la
existencia de cualquier verdad, los fundamentalistas tienen la
pretensión de imponerla con la fuerza. Aun cuando tienen orígenes
diferentes y sus manifestaciones se producen en contextos culturales
distintos, el nihilismo y el fundamentalismo coinciden en un
peligroso desprecio del hombre y de su vida y, en última instancia,
de Dios mismo. En efecto, en la base de tan trágico resultado común
está, en último término, la tergiversación de la plena verdad de
Dios: el nihilismo niega su existencia y su presencia providente en
la historia; el fundamentalismo fanático desfigura su rostro
benevolente y misericordioso, sustituyéndolo con ídolos hechos a su
propia imagen. En el análisis de las causas del fenómeno
contemporáneo del terrorismo es deseable que, además de las razones
de carácter político y social, se tengan en cuenta también las más
hondas motivaciones culturales, religiosas e ideológicas.

11. Ante los riesgos que vive la humanidad en nuestra época, es tarea
de todos los católicos intensificar en todas las partes del mundo el
anuncio y el testimonio del « Evangelio de la paz », proclamando que
el reconocimiento de la plena verdad de Dios es una condición previa
e indispensable para la consolidación de la verdad de la paz. Dios es
Amor que salva, Padre amoroso que desea ver cómo sus hijos se
reconocen entre ellos como hermanos, responsablemente dispuestos a
poner los diversos talentos al servicio del bien común de la familia
humana. Dios es fuente inagotable de la esperanza que da sentido a la
vida personal y colectiva. Dios, sólo Dios, hace eficaz cada obra de
bien y de paz. La historia ha demostrado con creces que luchar contra
Dios para extirparlo del corazón de los hombres lleva a la humanidad,
temerosa y empobrecida, hacia opciones que no tienen futuro. Esto ha
de impulsar a los creyentes en Cristo a ser testigos convincentes de
Dios, que es verdad y amor al mismo tiempo, poniéndose al servicio de
la paz, colaborando ampliamente en el ámbito ecuménico, así como con
las otras religiones y con todos los hombres de buena voluntad.

12. Al observar el actual contexto mundial, podemos constatar con
agrado algunas señales prometedoras en el camino de la construcción
de la paz. Pienso, por ejemplo, en la disminución numérica de los
conflictos armados. Ciertamente, se trata todavía de pasos muy
tímidos en el camino de la paz, pero que permiten vislumbrar ya un
futuro de mayor serenidad, en particular para las poblaciones tan
castigadas de Palestina, la tierra de Jesús, y para los habitantes de
algunas regiones de África y de Asia, que esperan desde hace años una
conclusión positiva de los procesos de pacificación y reconciliación
emprendidos. Son signos consoladores, que necesitan ser confirmados y
consolidados mediante una acción concorde e infatigable, sobre todo
por parte de la Comunidad Internacional y de sus Organismos,
encargados de prevenir los conflictos y dar una solución pacífica a
los actuales.

13. No obstante, todo esto no debe inducir a un optimismo ingenuo. En
efecto, no se puede olvidar que, por desgracia, existen todavía
sangrientas contiendas fratricidas y guerras desoladoras que siembran
lágrimas y muerte en vastas zonas de la tierra. Hay situaciones en
las que el conflicto, encubierto como el fuego bajo la ceniza, puede
estallar de nuevo causando una destrucción de imprevisible magnitud.
Las autoridades que, en lugar de hacer lo que está en sus manos para
promover eficazmente la paz, fomentan en los ciudadanos sentimientos
de hostilidad hacia otras naciones, asumen una gravísima
responsabilidad: ponen en peligro, en zonas ya de riesgo, los
delicados equilibrios alcanzados a costa de laboriosas negociaciones,
contribuyendo así a hacer más inseguro y sombrío el futuro de la
humanidad. ¿Qué decir, además, de los gobiernos que se apoyan en las
armas nucleares para garantizar la seguridad de su país? Junto con
innumerables personas de buena voluntad, se puede afirmar que este
planteamiento, además de funesto, es totalmente falaz. En efecto, en
una guerra nuclear no habría vencedores, sino sólo víctimas. La
verdad de la paz exige que todos —tanto los gobiernos que de manera
declarada u oculta poseen armas nucleares, como los que quieren
procurárselas— inviertan conjuntamente su orientación con opciones
claras y firmes, encaminándose hacia un desarme nuclear progresivo y
concordado. Los recursos ahorrados de este modo podrían emplearse en
proyectos de desarrollo en favor de todos los habitantes y, en primer
lugar, de los más pobres.

14. A este propósito, se han de mencionar con amargura los datos
sobre un aumento preocupante de los gastos militares y del comercio
siempre próspero de las armas, mientras se quedan como estancadas en
el pantano de una indiferencia casi general el proceso político y
jurídico emprendido por la Comunidad Internacional para consolidar el
camino del desarme. ¿Qué futuro de paz será posible si se continúa
invirtiendo en la producción de armas y en la investigación dedicada
a desarrollar otras nuevas? El anhelo que brota desde lo más profundo
del corazón es que la Comunidad Internacional sepa encontrar la
valentía y la cordura de impulsar nuevamente, de manera decidida y
conjunta, el desarme, aplicando concretamente el derecho a la paz,
que es propio de cada hombre y de cada pueblo. Los diversos
Organismos de la Comunidad Internacional, comprometiéndose a
salvaguardar el bien de la paz, obtendrían la autoridad moral que es
indispensable para hacer creíbles e incisivas sus iniciativas.

15. Los primeros beneficiarios de una valiente opción por el desarme
serán los países pobres que, después de tantas promesas, reclaman
justamente la realización concreta del derecho al desarrollo. Este
derecho también ha sido reafirmado solemnemente en la reciente
Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, que ha
celebrado este año el 60 aniversario de su fundación.
La Iglesia católica, a la vez que confirma su confianza en esta
Organización internacional, desea su renovación institucional y
operativa que la haga capaz de responder a las nuevas exigencias de
la época actual, caracterizada por el fenómeno difuso de la
globalización. La Organización de las Naciones Unidas ha de llegar a
ser un instrumento cada vez más eficiente para promover en el mundo
los valores de la justicia, de la solidaridad y de la paz. La
Iglesia, por su parte, fiel a la misión que ha recibido de su
Fundador, no deja de proclamar por doquier el «Evangelio de la paz».
Animada por su firme convicción de prestar un servicio indispensable
a cuantos se dedican a promover la paz, recuerda a todos que, para
que la paz sea auténtica y duradera, ha de estar construida sobre la
roca de la verdad de Dios y de la verdad del hombre. Sólo esta verdad
puede sensibilizar los ánimos hacia la justicia, abrirlos al amor y a
la solidaridad, y alentar a todos a trabajar por una humanidad
realmente libre y solidaria. Ciertamente, sólo sobre la verdad de
Dios y del hombre se construyen los fundamentos de una auténtica paz.

16. Al concluir este mensaje, quiero dirigirme de modo particular a
los creyentes en Cristo, para renovarles la invitación a ser
discípulos atentos y disponibles del Señor. Escuchando el Evangelio,
queridos hermanos y hermanas, aprendemos a fundamentar la paz en la
verdad de una existencia cotidiana inspirada en el mandamiento del
amor. Es necesario que cada comunidad se entregue a una labor intensa
y capilar de educación y de testimonio, que ayude a cada uno a tomar
conciencia de que urge descubrir cada vez más a fondo la verdad de la
paz. Al mismo tiempo, pido que se intensifique la oración, porque la
paz es ante todo don de Dios que se ha de suplicar continuamente.
Gracias a la ayuda divina, resultará ciertamente más convincente e
iluminador el anuncio y el testimonio de la verdad de la paz.
Dirijamos con confianza y filial abandono la mirada hacia María, la
Madre del Príncipe de la Paz. Al principio de este nuevo año le
pedimos que ayude a todo el Pueblo de Dios a ser en toda situación
agente de paz, dejándose iluminar por la Verdad que nos hace libres
(cf. Jn 8,32). Que por su intercesión la humanidad incremente su
aprecio por este bien fundamental y se comprometa a consolidar su
presencia en el mundo, para legar un futuro más sereno y más seguro a
las generaciones venideras.

Vaticano, 8 de diciembre de 2005.
BENEDICTO PP. XVI



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