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The WeatherPixie Cristo ha resucitado, está vivo. ¿Lo viste tú con los ojos de tu corazón? Bendiciones...

viernes, noviembre 10, 2006

Del Padre José



Les envío un artículo y un saludo.
Padre José


Un robo sacrílego
Para Dios toda la gloria
Pbro. José Martínez Colín
1) Para saber
Es un hecho notorio que la Revolución francesa pretendió descristianizar por completo la nación. No todos lo consintieron. El país de Bretaña, al norte de Francia, fue uno de ellos. Cuando llegó el delegado francés y les anunció que iban a destruir su iglesia para que no se acordaran más de Dios, el alcalde bretón, que era un sencillo campesino le contestó: Pero tendremos las estrellas del cielo que dan gloria a Dios y, además, se ven más lejos que nuestro campanario. El delegado francés no pudo contestar. Tenía mucha razón ese hombre: la creación misma da gloria a Dios. Un Salmo afirma dicha verdad: Los cielos pregonan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos(Salmo XIX, 2).
Toda la creación, por el mismo hecho de existir, le da gloria a Dios.
Los hombres y mujeres pueden, además, darle gloria a Dios de una manera consciente y libre.
Anteriormente se consideraba que el Don de Piedad nos ayuda a considerar a Dios como nuestro Padre. Pues bien, además, el Don de Piedad nos facilita tener en cuenta el honor y la grandeza de nuestro Padre.
Cualquier buen hijo se alegra si su padre recibe un reconocimiento por parte de sus amigos o de la sociedad. Ese buen hijo se alegra más por el premio que recibió su padre, que si él mismo lo hubiera recibido; se alegra por la honra tributada al padre. Al ser nosotros hijos de Dios, este Don nos facilita honrar de una manera debido a nuestro Padre Dios.

2) Para pensar
Seguramente más de una vez habremos rezado el "Gloria", oración que suele recitarse casi al inicio de la Santa Misa. Sin embargo, tal vez no nos hemos detenido a considerar sus frases. Se llama así, como el común de las oraciones, porque es la primera palabra de la oración. Comienza
con las palabras con que los Ángeles anunciaron a los pastores el nacimiento de Cristo: "Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres...", y más adelante continúa: "Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias...". En
estas frases, no se le está dando gracias a Dios por todos los bienes que nos ha dado, ni porque nos ha creado, sino por su gloria. Es una manera de reconocer y mirar la gloria de nuestro Padre Dios. Es una oración completamente desinteresada. No significa que no hayamos de pedirle
cosas a Dios, o que no le demos gracias por las que nos da, sino que es conveniente y propio de un buen hijo reconocerle con satisfacción inmensa la gloria que se le debe tributar a su Padre.
Hay una frase que a San Josemaría Escrivá le gustaba repetir constantemente y que sintetiza ese deseo de honrar a Dios: "Para Dios toda la gloria". Y la explicó en un punto de su libro Camino: ".
"Para Dios toda la gloria. "Es una confesión categórica de nuestra nada. Él, Jesús, lo es todo. Nosotros, sin Él, nada valemos: nada. Nuestra vanagloria sería eso: gloria vana; sería un robo sacrílego; el "yo" no debe aparecer en ninguna parte" (Camino, n.780).
Pensemos si nuestras acciones no podrían ir más dirigidas a darle gloria a Dios, que a nosotros mismos.

3) Para vivir
Suele pasar que cuando la madre le pide explicaciones a su hijo por algo que rompió, el niño intente disculparse, y en algunas ocasiones, le eche la culpa, malamente, a un hermano. Sin embargo, si la madre alaba alguna buena acción, como por ejemplo dejar ordenado el cuarto, es muy difícil que el niño le pase el mérito a su hermano, aunque éste haya sido el causante de dicha buena obra. Estas reacciones que tienen algunos niños, también se contemplan en personas mayores.
Las alabanzas siempre son bien acogidas. Sin embargo, es buena práctica de humildad no quedarse con ellas. San Pablo nos recuerda que si algo tenemos de bueno es porque lo hemos recibido de Dios: "¿Qué cosa tienes tú que no hayas recibido? Y si lo has recibido, ¿de qué te jactas como si no lo hubieses recibido?" (Rom., 4,7). Nuestra actitud ha de ser la de dirigirle a Dios toda la gloria de lo que hacemos. Repitamos constantemente: "Para Dios toda la gloria".
(Cualquier comentario: e-mail
padrejosearticulos@gmail.com)