¿Navidad?
¿Navidad?
¿Qué es Navidad? Para el comerciante, una época MUY feliz porque se vende mucho. ¿El sentido de la fiesta? ¡A saber, usted! Pero sí, es muy feliz.
Para la vecina, es el día en que va a comer su "tamal" y beber su taza de chocolate. Tal vez mover el esqueleto en alguna "disco". Muy feliz la vecina, como lo puede ver Usted. Pero, otra vez, ¿que sentido tiene la fiesta? Mi vecina, buena gente, no lo puede explicar; si sabe algo al respecto, dirá: "Es el santo del niño Dios." Así nos contaba un locutor de radio a quien sigo con ganas de hacerle "pache, pache" en las nalgas.
En realidad, la Iglesia Católica, nunca, ha enseñado que es el cumpleaños de Jesús. Ella nos propone un tiempo fuerte, de retiro espiritual, diría yo, para vivir una realidad profunda de la fe.
¿Se dio cuenta Usted que la naturaleza tiene curiosidades en esta época? ¿No? Fíjese que los días son más cortos. En el 25 de diciembre en Roma, es el día el más corto de todo el año. Lo es en Jerusalén el 6 de enero. Los católicos celebran Navidad en estos dos lugares en éstas fechas diferentes. No es el cumpleaños del niño, ciertamente. Entonces, qué es?
Los católicos, desde la época apostólica, han tenido la inclinación de transformar cosas de paganos en cosas de fe, cuando el caso lo ameritaba. En efecto, los Romanos celebraban el día del Sol Invicto con comilonas, embriaguez y otras cositas de no mencionar aquí. Los cristianos, nunca quisieron tomar parte en éstas orgías. ¿Por qué?
Es que tenemos otro Sol. ¿Qué? A Cristo Jesús. Así que mientras los Romanos se la daban a lo grande, los cristianos se reunían en oración para celebrar a Cristo, Sol de justicia "que vino, que viene y que vendrá". Vino en la carne y ponemos un "nacimiento" en casa. Viene y lo contemplamos en sus trabajos en la comunidad el día de hoy. Vendrá y todo, sea espiritual o material, estará bajo su mando. Un toque que se refiere al "plerôma" comentado por San Pablo. Así que nuestra atención va en todos los campos de la vida humana, tanto material que espiritual. Al contrario del protestantismo que ve en lo material lo del diablo (menos el diezmo que cobran los evangélicos con ganas). ¿No son los países protestantes los más ricos del mundo? Como el dinero es del diablo y la salvación asegurada, pequemos a lo grande pero creamos más fuerte (Lutero).
Navidad es la fiesta del rey que vino, que viene y vendrá. El Adviento nos quiere hacer hacer los pasos poco a poco de conversión: dejen sus manias. No hay fe sin humildad. No hay Navidad de Dios sin vivir profundamente el evangelio. Hay por cierto Navidad de comerciantes, pero eso es otro cuento.
Así que coma tranquilamente su "tamal", querida vecina. Pero conviértase en servidora del Señor, Rey de todos y de todo.
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