Mis amores...

La satisfacción para un cura, es ver su comunidad de gente progresar en la solidaridad y el amor mútuo. Encontrarlos en la calle, es recibir mil sonrisas, de los niños mil abrazos. Sé que Jesús camina a mi lado. Haciendole un codazo, le digo: "Es normalmente para tí..." Me sonríe él también... Sin comentarios. Muchos participan a la vida parroquial y toman sus responsabilidades. Ayer, el 19 de octubre, los carismáticos hicieron sus elecciones anuales para 2006. Los veía orar al momento crucial de poner sus papelitos en cajas negras ya preparadas para recoger los votos. Que lindo ver los trabajos del Señor en una comunidad. En todo está él. Hasta en las penas. Que lindo sorprender esos mil pequeños incidentes llenos de El: miradas, señas, acogida, confianza, penas, caras, manos...
Que de planes para el futuro y eso, juntos. Gracias a Dios, no creo ser del tipo dictador. Mi gente linda se lanza en mil cosas bellas. No comparto siempre la urgencia de tal o cual cosa, pero si es razonable, bueno, adelante. Lo harán con amor porque sale de ellos.
Gracias, Señor, por vivir tus maravillas en la fe. Como no desear eso a los hermanos sacerdotes del mundo entero. ¿Como no llorar cuando algunos presbíteros se cierran a la acción de la gracia?
Mis amores? Son ellos, esa gente sencilla, buena, llena de fe y de esperanza, de amor...