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The WeatherPixie Cristo ha resucitado, está vivo. ¿Lo viste tú con los ojos de tu corazón? Bendiciones...

lunes, abril 14, 2008

Resurrección

El tiempo pascual celebrado por la Iglesia quiere reavivar en nosotros la fe en Cristo resuscitado, vivo entre nosotros. El ministro dice más de una vez :”El Señor con ustedes”.
Proclama, despúes del primer anuncio de Pedro, el apóstol, que Cristo está presente en medio de la asamblea. La gente, por lo regular, contesta, con voz de loro: “ Y con tu espíritu”. ¿Se darán cuenta de la alegre presencia del Señor? Es El que los reune, es El que les habla al corazón, es El que los ofrece con El, es El que los comulga y los envía en misión, porque la “misa” es misión. Lo que extraña, es la aparente indiferencia con que contesta la mayoría. Pero los de “ojos abiertos”,
los “iluminados” ven brotar de su ser un gozo inefable, un calor en Su presencia. Algunos se dan cuenta que más “se ve”, más es grande el regalo y más se pide en respuesta.


La liturgia pascual nos lleva a comprender paso a paso aquella presencia en relación a la comunidad, a la eucaristía, al pastoreo del Pueblo de Dios, domingo trás domingo. Hasta entrar en la plenitud de Pentecostés, realidades no solamente de una temporada litúrgica, pero realidades en nuestra vida y en nuestro caminar.


En efecto, verán los “trabajos” del Señor en una comunidad que se abre a su Alianza, a su pacto de amor. Las conversiones se multiplican, la fe crece así como la solidaridad. La gente empieza a quererse los unos a los otros al modo de Cristo. Los hogares se vuelven más sólidos. Su amor se afina.En la eucaristía se construye más y más “el” cuerpo del Señor, llegando a ser lo que comemos: Cristo Jesús en nuestro “yo”.


Al ver la historia del pueblo de Dios, sus altibajos, las limitaciones de sus miembros, el Pastoreo eterno se manifiesta en toda su belleza, la fe se mantiene incolume. Las características de la Iglesia, su unidad, su santidad por Cristo, su apostolicidad, y su catolicidad se deben a aquel pastoreo siempre presente y activo. Resplandece en la vida de sus santos cristianos.


Queda entrever el espectáculo de toda la creación iluminarse por la gloria del Señor: “haré cielos nuevos y tierra nueva”, llegando al tema muy querido por San Pablo, el pleroma, o sea la totalidad bajo la potestad de Jesús para entregarlo eternamente al Padre.








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